En Venezuela, cuando uno se refería un persona bachaca estaba hablando
de alguien de piel blanca, nariz ancha y pelo chicharrón (ensortijado). En los últimos años el termino ha cambiado
mucho, tanto que hasta se ha trasformado
en un verbo, Yo bachaqueo, tú bachaqueas… Todo comenzó en la frontera del estado Zulia con
el vecino país de Colombia, donde un grupo de personas traficaban mercancías de
un lado a otro, en filas que emulaban el trabajo de las hormigas gigantes acarreando
comida. El terminó se popularizo cuando comenzó a usarse en los medios de comunicación,
pues el gobierno afirmó que era el principal problema de escasez. En fin a hora
resulta que un bachaquero es una persona que hace colas para comprar comida a
precio regulado y venderla a precios exorbitantes.
Esta mañana subí al metro de Caracas en la estación Los Cortijos
y me paré por casualidad frente a un grupo de personas, luego de escucharlos hablar descubrí que eran
bachacos. No tenía el pelo malo ni
pintado de amarillo, tampoco tenían el culo grande, pero si traían todos (tres
mujeres y dos hombres de mediana edad) una de esas bolsa de mercado con ruedas
que se han puesto tan de moda. Su conversación giraba en torno a la ruta que
hoy iban a seguir para sus compras, me impresionó la delicada estrategia, se explicaban
entre ellos como hacer para salir más rápido de las colas y los horarios en los
que debías acudir a uno u otro centro de compras. “A las 11 sacan pollo el Central de Chacaíto”
dijo una; otro dijo “A las 12 sacan leche Bicentenario” como
ya es costumbre no podía creer lo escuchaba,
la otra mujer dijo que ella hoy haría sólo la cola de los pañales en Locatel
porque esos se venden a precio de lomito.
En mi cabeza comenzó a sonar una canción que
cantaba mi sobrina cuando estaba chiquita “Me senté en el piso, en un sitio
seguro, vino un bachaco y me pico el culo, me paré de ahí, me volví a sentar,
vino el coño e´ madre y volvió pica…”
Me costó mucho quedarme callado; quería decir
algunas cosas, pero al final comprendí que no soy quien para hacer juicios de
valor. No sé bajo qué condiciones esta gente y toda la demás decidió vivir de
esta práctica que tanto daño hace a la economía nacional. Lo que si voy a decir
es que ellos venden a esos precios porque hay personas que les compran y los
mantienen en la dinámica de este nuevo oficio. Para el bachaquero lo que hace no es delito, es su forma de
trabajo y así lo asume.
Es más, la misma dinámica nos ha
obligado a todos a bachaquear o crear dinámicas de intercambio, así que el que
esté libre de pecado que lance la primera piedra.
Antes de bajar del tren, uno de los hombres
lanzó la última perlita, el pana también es raspa cupo, eso es lo que se llama
ser un bachaquero profesional e internacional,
el pana me aclaró la duda, raspa
cupo también es sinónimo de bachaquero.
El hombre relataba la historia su viaje a la maravillosa isla de Aruba,
orgulloso narraba la experiencia de compartir habitación con 7 personas durante
una semana, (Sin querer se me escapo un “fooo”) comer sólo una vez al día y
como intentaba colarse en los hoteles de
5 estrella para ver si podía conseguir algo gratis.
Al bajar del tren indignado pensé
que es necesario incluir el diccionario de venezolanismos una nueva entrada
para bachaquero, pero no puedo solo así que voy a necesitar que me ayudes
dejando tu comentario.