Al entrar al vagón pude reconocer la melodía del Amor Brujo
de Manuel de Falla. El tren estaba vacío, me ofrecía la dignidad de elegir
donde sentarme, como la mayoría de las veces elegí la ventana.
A mi lado se sentó un
mujer hermosa, la primero que me impresiono de ella fue su olor, un poco fuerte
pero agradable, una mezcla de sándalo y frutas cítricas. Su cabello negro y
abundante, me hizo recordar a Yajaira Vera, Miss Venezuela 1988. Médico de profesión que
terminó narrando noticias en el observador de RCTV. No me resistí y volví la cara para verla
bien, me encontré con sus bellos ojos verdes, muy parecidos a los de Neyla
Moronta Miss Venezuela 1974, modelo de
Tropicana y famosa por tardar 15 años en graduarse de odontóloga. Entonces pensé
que en este país hay reinas de belleza por todas partes. Ni siquiera hice el
intento de sacar el libro, supe desde el primer momento que Neyla Yajaira tenía
mucho para darme hoy.
La uñas largas como las de Lila, pintadas con motivos
florares y multicolores a juego con la blusa, toda una gitana en apariencia,
del bolso colgaba un pañuelo y en las
muñecas las pulseras sonaban como campanas.
¿Qué me ves? Preguntó amable. Envalentonado y seguro
respondí, a usted que es muy hermosa. Sonreímos y comenzamos a quejarnos de los
retrasos del tren, terminó el amor brujo y Rocío Durcal comenzó con el lamento
del puerto de Vallarta y la tristeza de sus ojos.
Neyla Yajaira, comenzó a tararear e interrumpiendo la
estrofa me mira y dice, es que me
recuerda a mis muertos, le comento que
me pasa lo mismo, la canción sigue su triste curso y ella se voltea para
decirme. “A ti te cuidan tus muertos”, un escalofrío me recorrió la espalda y ella
prosigue, una mujer y dos hombres, siempre están contigo, se encargan de que
nada te borre la sonrisa, ellos espantan a la gente que quiere hacerte daño.
Sonreí de nuevo y ella regresó a la canción, en la estación Mamera me preguntó cuál era mi
signo, géminis le dije y peló los ojos. Hizo un análisis de mi personalidad que
duró hasta la estación Capuchinos, no todo lo que dijo era cierto, pero pegó
algunas cosas, confieso que me hizo
sentir bien, según ella mi futuro promete.
En la estación Teatros me preguntó el signo chino, Rata le
dije y entonces sacó un tarjeta del bolso, si te interesa saber más llámame, yo
trabajo aquí en el centro y ya voy llegando. Me gustaría conversar más contigo,
yo creo que tú eres más brujo que yo y soltó una risotada.
Se bajó en la estación Nuevo Circo y el señor que ocupó su
puesto, me dice coño pana cómo hiciste para levantarte a ese mujerón, lo miré y
le respondí, son cosas del destino.
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