El ave en cuestión, venia en una caja de cartón
en la que fue embalada aproximadamente a las 4 de la mañana en alguna población
en de los Valles del Tuy. Presumo que la gallina sería sacrificada para obtener
los beneficios de alguna deidad. La portadora vestía completamente de blanco y
estaba acompañada de un señor, que lucía collares de muchos colores.
El señor
fue el encargado de recuperar al animal. La caja estaba amarrada con una cabuya no muy gruesa que servía de asa
(En mi cabeza apareció la imagen de Lupita Ferrer en el primer capítulo de La
Zulianita) Presumo que la gallina, comenzó a defecar desde el mismo momento que
fue introducida en kenner improvisado, la mierda junto con el agua puesta en un
potecito de margarina Nelly derramada por algún brusco movimiento del tren,
fueron debilitando el piso.
Cuando uno viaja a diario en metro, corre con la
terrible suerte de enfrentarse a los olores cotidianos, así que en ningún
momento me sorprendió el olor a mierda de gallina. Sé por cuentos de camino que
es esté país los excrementos del ave se usan para curar el asma. Así que pensé
que venía un niñito enfermo.
Eran las 9 de la mañana y anden de la estación Plaza Venezuela estaba a reventar. Hacia unos minutos, los trenes que vienen de las líneas dos y tres habían desembarcado y como es normal a esa hora los trenes en la línea uno, presentan retraso. Yo estaba un poco molesto porque momentos antes un tipo escupió en el suelo y quería como matarlo, pero lo que más molesto me tenía era ver tanta gente leyendo libros de Pablo Cohello. En fin, la gallina abrió un hueco el piso debilitado de la caja y dando un saltito salió. Acto seguido se alborotó el gallinero en anden. Los gritos y risas, rompieron el silencio soporífero y la gallina obtuvo sus 5 minutos de fama. "No la mates” grito una doña “Está buena para un sancocho” grito otro. Miles de comentarios surgieron a mi alrededor, desde los defensores de los animales, los pre juiciosos de las religiones alternativas y un montón de cosas más que no recuerdo. Lo último que oí antes de ser empujado brutalmente para entrar en el vagón fue la voz de una mujer que dijo “Mijo cierra la boca que te va entrar una mosca”
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