Estación Plaza Venezuela. Luego
de esperar unos minutos logro obtener un
puesto, de esos que me gustan, desde el cual puedo observar con atención a todo
el que entra y todo el que sale. Mirar a la gente e imaginar historias, sentir que vivir en Caracas aún vale la pena
a pesar de todo.
Entra un tipo de esos que parecen
elfos. Medía aproximadamente 1,90 y se sienta justo delante mí. Saludo a un señor
que veo con frecuencia y él decide sentarse a mi lado, siempre que lo encuentro
hacemos el viaje conversando. El tren se
sigue llenando y a punto de sonar la
alama de cierre de puertas, sube otro elfo y saludó al que estaba sentado. Es uno
de esos saludos cargados de admiración. Al elfo sentado los músculos se le
desbordan por todas partes, entonces me percato que viene casi desnudo. El
short es tan corto como el Peper Peper que usaba Aguasanta la famosa modelo en
la cuña de los ochenta, Cantando: cortos, cortos y más cortos!!!
¿Qué más? Le dice y acto seguido
suelta la perlita. Marico tú si estás yuca,
el elfo sentado con cara de orgullo responde, Marico y aún me falta,
para lo que quiero me falta, pero coño pana yo no me quiero ciclar.
Es una jerga completamente
desconocida para mí y siento que debo prestar más atención
Pero marico tú no te quedas atrás,
estás más yuca que la última vez que te vi. Si pero no seas pendejo yo no me
estoy pinchando nada. Entre risas siguen la conversación y yo no tengo más
remedio que prestar atención a mi compañero de viaje que está quejando del
precio de la comida y de la inseguridad.
Asumo que lo miraba, pero no estaba prestando atención, quería
seguir escuchando la fatua conversación de los elfos, no estaba entendiendo
nada, pero necesitaba saber qué era eso de estar yuca. Uno le contaba al otro cuanto le estaba
costando aumentar el volumen de las piernas y el que estaba de pie, puso el bolso que traía en el piso y se sujetó
con las dos manos al tubo del tren para explicarle al mejor estilo de Ileana
Jaque, un ejercicio que según él daba muy buenos resultados.
Un señora bajo su libro de Osho
para deleitarse, como lo hacían muchas y muchos, con la figura del tipo. Una
amiga le dio un codazo a otra para que volteara y yo decidí prestarle atención a
mi compañero para no quedar en evidencia.
Los elfos se bajaron en la estación
La paz y no me pude aguantar hasta
llegar para saber que era yuca, así que sin temor a ser juzgado pregunté ¿Amigo
que será eso de estar yuca? Mi compañero me miró con cara de ¡Ay
Vale! Y me respondió en tono burlón.
Bueno estar yuca es estar “papiao”.
Creo que nunca debí preguntar,
porque desde ese momento no dejo de sentirme mal. Coño si los elfos son yuca yo
debo ser algo así como un ocumo chino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario