viernes, 26 de junio de 2015

¿Yuca?

Estación Plaza Venezuela. Luego de esperar unos minutos  logro obtener un puesto, de esos que me gustan, desde el cual puedo observar con atención a todo el que entra y todo el que sale. Mirar a la gente e imaginar historias,  sentir que vivir en Caracas aún vale la pena a pesar de todo.

Entra un tipo de esos que parecen elfos. Medía aproximadamente 1,90 y se sienta justo delante mí. Saludo a un señor que veo con frecuencia y él decide sentarse a mi lado, siempre que lo encuentro hacemos el viaje conversando. El  tren se sigue llenando y a punto de sonar  la alama de cierre de puertas, sube otro elfo y saludó al que estaba sentado. Es uno de esos saludos cargados de admiración. Al elfo sentado los músculos se le desbordan por todas partes, entonces me percato que viene casi desnudo. El short es tan corto como el Peper Peper que usaba Aguasanta la famosa modelo en la cuña de los ochenta, Cantando: cortos, cortos y más cortos!!!

¿Qué más? Le dice y acto seguido suelta la perlita. Marico tú si estás yuca,  el elfo sentado con cara de orgullo responde, Marico y aún me falta, para lo que quiero me falta, pero coño pana yo no me quiero ciclar.

Es una jerga completamente desconocida para mí y siento que debo prestar más atención
Pero marico tú no te quedas atrás, estás más yuca que la última vez que te vi. Si pero no seas pendejo yo no me estoy pinchando nada. Entre risas siguen la conversación y yo no tengo más remedio que prestar atención a mi compañero de viaje que está quejando del precio de la comida y de la inseguridad.

Asumo que lo  miraba, pero no estaba prestando atención, quería seguir escuchando la fatua conversación de los elfos, no estaba entendiendo nada, pero necesitaba saber qué era eso de estar yuca.  Uno le contaba al otro cuanto le estaba costando aumentar el volumen de las piernas y el  que estaba de pie,  puso el bolso que traía en el piso y se sujetó con las dos manos al tubo del tren para explicarle al mejor estilo de Ileana Jaque, un ejercicio que según él daba muy buenos resultados.
Un señora bajo su libro de Osho para deleitarse, como lo hacían muchas y muchos, con la figura del tipo. Una amiga le dio un codazo a otra para que volteara y yo decidí prestarle atención a mi compañero para no quedar en evidencia.

Los elfos se bajaron en la estación La paz y  no me pude aguantar hasta llegar para saber que era yuca, así que sin temor a ser juzgado pregunté ¿Amigo que será eso de estar yuca?   Mi compañero me miró con cara de ¡Ay Vale!  Y me respondió en tono burlón. Bueno estar yuca es estar “papiao”.
Creo que nunca debí preguntar, porque desde ese momento no dejo de sentirme mal. Coño si los elfos son yuca yo debo ser algo así como un ocumo chino.


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